Reírse de la vida
Hoy le quedan tan solo dos días y algunas horas a este 2021 y ayer, al sentarme a escribir mi último artículo del año, me vino a la mente una frase de Alejandro Jodorowsky que me ha resonado mucho últimamente: “dicen que el hombre llega a sabio cuando aprende a reírse de sí mismo, entonces, ríe, ríete alegremente y el mundo reirá contigo”.
Dentro de los rituales que hemos implementado este año para cerrarlo, en medio de la desintoxicación de noticias negativas y la inexplicable desesperanza que nos inunda, elegimos este martes, además de seguir haciendo nuestro ritual de gratitud de 40 días, realizar nuestros pagos pendientes, hacer nuestra rutina de actividad física y, como algo nuevo que deseamos sugerirles, poner algún video de comedia que nos hiciera reír de forma espontánea.
Una hora de stand ups de comedia fueron suficiente para que nuestra mente conectara con la risa, con la alegría y con la despreocupación.
Por ello, dentro de la lista de bendiciones de este año, recordamos el momento en el que José Ángel nos pidió apoyo para hacer un par de cursos de stand up, porque además de ser una herramienta para desarrollar la creatividad, nos enseñó que cuando afuera pueden existir situaciones críticas, fomentar el humor y la risa son excelentes herramientas para generar resiliencia.
De hecho, estudios de neurociencia indican que la risa y el contacto físico afectivo con otras personas nos ayudan a generar dopamina, oxitocina y serotonina de manera natural, que no son otra cosa más que las llamadas hormonas del placer, el amor y la felicidad, lo cual es maravilloso para que las personas conectemos con la alegría de vivir y salgamos del estrés diario en el que muchas veces nos instalamos involuntariamente.
Esta semana también nos dimos la oportunidad de ver un documental argentino muy bien hecho que se titula “Del estrés a la felicidad”, en el que resumidamente nos invita a conectar con nuestra libertad y paz interior a través de diferentes técnicas, para salir de la angustia, el miedo y la ansiedad tan común en este siglo 21.
Reírse de la vida es conectar con la alegría y a su vez es una forma de reprogramar nuestro cerebro que suele estar inundado de ideas obsesivas de preocupación y temor, por lo que en estos días que le restan al 2021 nos atrevemos a sugerir una desconexión de nuestros pensamientos recurrentes, de la información pesimista que permea en los medios y en las redes sociales, para darnos cuenta de que, sin importar qué tan nublado pueda estar el panorama, podamos elegir cambiar nuestro estado, haciendo un alto y concentrándonos en lo más agradable que podamos imaginar.
Como lo hemos expresado en otros textos, la realidad ahí está y debemos aceptarla como es, procurando mejorar nuestra actitud para enfrentarla, encontrando en la risa, conectando con la alegría y visualizando lo que nos complace, para mejorar nuestro estado integral de manera casi milagrosa.
Sin importar las contrariedades que nos haya presentado este año que está por terminar y dejando a un lado las preocupaciones por el que está por iniciar, hagamos el compromiso de que los días que le quedan a este 2021 podamos seguir conectados a la gratitud, encontremos el tiempo para reír a carcajadas y visualicemos con fe y esperanza un 2022 para todos y cada uno de nosotros.
“Si bien ser capaz de reírse de uno mismo es síntoma claro de tener una autoestima saludable, reírse de uno mismo hace que consigamos tener una autoestima saludable”, Javier Romero, webpsicologos.com
¡Feliz cierre del 2021 y un año nuevo 2022 en alegría y plenitud!
Omar Cervantes, Opinión tomada de milenio.com
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