Honrar al prójimo: Hogar de la Misericordia

El Hogar de la Misericordia ofrece vida digna a niños y ancianos con enfermedades irreversibles y/o terminales no contagiosas, en completo desamparo y sin recursos económicos.

Entrevista a Zandra Gámez de Meouchi

El Hogar de la Misericordia es una institución de beneficencia privada fundada hace más de 30 años con el único objetivo de brindar atención a las personas más vulnerables y olvidadas de nuestra sociedad. Tiene capacidad para recibir a 145 personas con enfermedades terminales o irreversibles no contagiosas que, debido a su situación física, económica y de falta de familiares, requieren atención gratuita a sus necesidades médicas, alimenticias, de vestido, de un hogar y compañía hasta el final de sus días. 

En una entrevista que realizamos a Zandra Gámez, nos compartió un poco de la historia y misión del Hogar:

Esta organización nació hace más de 35 años por la necesidad de la comunidad de poder albergar a abuelitos y niños que no tuvieran familiares ni sostén económico alguno. El Hogar tomó como suya la misión de la Madre Teresa de Calcuta de darle de comer al hambriento y de beber al sediento”. 

El cuidado asistencial de cada uno de sus pacientes implica un costo mensual de diez mil quinientos pesos. El costo mensual de cada niño con multidiscapacidad es de diez y seis mil quinientos pesos, en total un gasto mensual aproximado de mas de un millón quinientos mil pesos. 

“Si me preguntas: ¿Cómo se enamora uno de esta labor, asumiendo un compromiso de responsabilidad con quien más nos necesita? Te diría simplemente que, conociendo la obra. Conociendo las instalaciones, conociendo el problema y la situación de abandono en la que se encuentran los abuelitos y los niños que hoy viven en este refugio de la generosidad”.

Sus pacientes son los más vulnerables y olvidados de nuestra sociedad, es por eso que en nuestros tres hogares se les apoya integralmente con habitación, alimentos, vestido, medicamentos, terapia, atención médica y espiritual. 

“Tenemos tres hogares en la ciudad. Son dos de abuelitos y uno de niños con parálisis cerebral. ¿Cómo le hacemos para obtener los suficientes recursos? Nos ayudan las voluntarias, haciendo eventos para poder recaudar dinero. Así que tenemos que ser creativas para poder apoyar al Hogar. También hacemos redondeo en ciertos productos en ciertos supermercados. Mucha gente no cree en el redondeo, pero realmente es una bendición. Tenemos también campañas de reciclaje. También tenemos donadores beneficiarios que nos ayudan económicamente, con medicamentos o la gente puede venir a ser voluntariados para ayudar. Entonces todos juntos hacemos un equipo. Además, algunas empresas tienen una fundación y nos ayudan y nos apapachan dándonos un poco de ayuda económica y todo eso se va sumando”. 

La buena voluntad y solidaridad de las personas se manifiesta cada día en los hogares con la visita de grupos de voluntarios, quienes comparten su tiempo y entusiasmo con nuestros niños y adultos mayores. Además del cariño que les brindan a nuestros beneficiarios, se recibe por parte de ellos donativos en especie y económicos que contribuyen al sostenimiento del Hogar

El sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos”.

Papa Francisco

Redaccción En Común

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