El inicio de este nuevo año debe unirnos a todos en un gran sueño.
El sueño de lograr que nuestra sociedad sea mejor, ayudando a quienes más nos necesitan.
Que todos los niños con cáncer puedan contar con los medicamentos que tanto requieren.
Que aquellos jóvenes y niños con fibrosis quística, cuenten con el apoyo necesario para sus consultas, medicamentos y tratamientos.
Al igual que todas las niñas y niños, jóvenes y adultos con parálisis cerebral, síndrome Down, Alzheimer, Autismo, Asperger, invidentes, sordomudos o cualquier discapacidad o problemas congénitos.
Que nuestros corazones se conmuevan ante quienes no han contado con las mismas oportunidades que muchos de nosotros para desarrollarse y salir adelante, como estudiantes con escasos recursos o niños en abandono familiar, mujeres embarazadas por causas violentas o mujeres que sufren maltrato. O esos adultos que pertenecen a pandillas callejeras y sufren el tormento de las drogas.
O todos esos talentos deportivos, académicos o artísticos, que se encuentran en cualquier lugar, en cualquier colonia y en cualquier familia y que solo requieren de un lazo generoso que les permita encarrilar su vida hacia mejores oportunidades.
No podemos olvidarnos que somos regiomontanos. Que si algo nos caracteriza son, precisamente, nuestros valores. Principalmente el que siempre nos ha hecho ser ejemplo ante el resto del país, nuestra GENEROSIDAD.
Siempre hemos sido los primeros en reaccionar ante los desastres. Siempre hemos sabido unirnos ante los problemas.
Tal vez lo que nos hace falta es aceptar que, en Nuevo León, hay mucha gente que requiere de un poco de nuestra generosidad para mejorar su calidad de vida.
Que este 2022 sea el año en el que nuestro carácter, nuestro deseo y nuestro mayor propósito sea que todos y cada uno de los que aquí vivimos, nos sintamos más orgullosos que nunca de ser regiomontanos. De ser de Nuevo León.
Que la generosidad sea el valor En Común, que nos haga volver a ser ejemplo de México.
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