Comedor de los Pobres del Padre Roberto Infante

Dar de comer al desamparado es una gran obra de caridad, que nos inspira e impulsa a llevar alimento a comunidades amenazadas por el hambre.

Entrevista a Gabriela Reyna, Directora de Juan XXIII al Servicio de los Pobres A.C.

COMEDOR DE LOS POBRES DEL PADRE ROBERTO INFANTE es una institución que tiene como principal misión la de ayudar a concientizar que nuestros hermanos en estado de indigencia no son seres que dañen la imagen de la sociedad sino son humanos que necesitan nuestra ayuda para salir de la indigencia y que con nuestra ayuda lo lograrán con mayor facilidad.

Para vivir de cerca y comprender a detalle su misión y alcance, el equipo de En Común nos dimos a la tarea de entrevistar a Gabriela Reyna, quien nos hizo vibrar con las anécdotas, historias y datos que nos ha compartido respecto a la maravillosa labor que, desde hace tantos años, realiza el Comedor del Padre Infante

Gabriela Reyna nos compartió: “Tenemos más de 54 años ininterrumpidos de que el padre Roberto Infante Castañeda (QEPD), inició con su misión de ayudar a los que menos tienen. Personas en situación de calle que él veía cerca de su parroquia y es algo que le preocupó porque el hambre es algo esencial satisfacer para toda persona. En 1967 empezó con esta labor y en 1969 fundó legalmente el Comedor de los Pobres, bajo el nombre de JUAN XXIII AL SERVICIO DE LOS POBRES, la cual es una institución de gran prestigio en Monterrey para dar alimento diario a personas de bajos recursos. Su obra no termina ahí. Con el tiempo se han creado cuatro comedores más, en Escobedo, en García, en Guadalupe y en Monterrey (en la colonia Independencia). Ahora estamos a punto de abrir uno en el municipio de Juárez”. 

Además, Gabriela puntualizó que “Para nosotros es una satisfacción el poder brindar este apoyo a quien lo necesita, como inspiración del Padre Roberto Infante, porque al dar de comer a quién no tiene un alimento, entonces esa persona ya puede enfocar sus pensamientos en el qué hacer. En el buscar una oportunidad de trabajo. Y no quedarse en la desesperación de buscar algo qué comer. Es decir, que se despreocupen de la comida de cada día, para enfocarse en el progreso y en mejorar su calidad de vida. Esto no es mantener holgazanes. Aquí apoyamos a familias completas, desde bebés hasta adultos mayores que, naturalmente, no se encuentran con la capacidad para laborar, al igual que a los niños o a las mamás solteras que van por su plato de alimentos. Hay muchos niños en edad escolar. Esto es lo que todos debemos de visualizar. No es simplemente que vengan cada día por un plato de comida; ellos también están buscando oportunidades de trabajo. Nosotros como Asociación Civil hemos hecho alianzas con algunas empresas que buscan mano de obra”. 

Estos comedores están ubicados en zonas en donde se acentúan los cinturones de pobreza de nuestra ciudad y con este apoyo o cooperación, para ellos significa la posibilidad de salir adelante. Es importante tener claro que no se trata de mantener a la gente; es brindarles un piso para que puedan integrarse a la vida laboral y con ello mejorar su situación de vida. 

Redaccción En Común

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